Quizás hayas pensado que las relaciones poliamorosas no son para ti porque tarde o temprano acabas sintiendo celos, pero no te desanimes, a más de un poliamoroso le pasó y es solo cuestión de práctica aprender a desactivarlos.
Tal vez no hayas sentido celos hasta que empezaste a transitar el poliamor, incluso, es posible que hayas dudado de tu capacidad de amar debido a los incontrolables sentimientos que estos desatan.
Puede que tengas días en los que te rías de todo y días en los que los celos se apoderen de ti perdiendo el foco de tu vida y, al fin y al cabo, de lo que verdaderamente te interesa.
Sea cual sea tu caso, déjame decirte que existe una fórmula para bajar el dramatismo con el que se viven y empezar a superarlos.
Los celos, una historia de clichés
Gracias a los medios y a los clichés de las películas, hemos aprendido que los celos son berrinches de personas enfadadas capaces de hacer cualquier cosa por controlar a su pareja, pero estas actitudes solo representan un 15% de lo que significan en realidad, además de dotar a los celos de una mala fama por la que muchas personas temen aceptar que los sienten; “Yo no soy celoso”…
Pero no todos reaccionamos de la misma manera, por ejemplo, algunas personas los expresan con calma y tristezas, y hay quienes afirman que los celos les despiertan deseos y fantasías.
¿Qué significan los celos en el poliamor?
Los celos no son solo una emoción en sí misma, sino más bien un complejo de emociones que surge como respuesta a un choque entre inputs culturales opuestos.
Por un lado, las enseñanzas del amor exclusivo y, por el otro, la cultura del amor libre que vela por amar y aceptar a las personas tal y como son, y no como un ente de posesión correspondida.
De esta forma, los celos nos indican nuestras pautas inconscientes sobre una forma de amar aprendida, posesiva, jerárquica y exclusiva. Entonces, todo lo que ocurra fuera de este marco es terreno propicio para detonar un celo, bajo este prisma son inevitables.
Los celos son el ego encarnando el control de nuestras vida, pero no somos nosotros actuando en nuestro libre albedrío, y aquí radica el talón de aquiles para desequilibrarlos. No son un sentimiento, es el orgullo interior que habla y sufre por nosotros.
¿Cómo viajar a la raíz de los celos para desactivarlos?
El paso fundamental para superarlos consiste en definir la emoción principal que estás viviendo durante un episodio, para extraer de ella cuál es la pauta cultural que la rige.
Poner en palabras los pensamientos que te atraviesan en ese momento, te servirá para aclarar lo que sientes y detectar cuáles son las normas del amor exclusivo que están originando estos celos ya que, aunque se repiten en la misma cultura, no todas las personas cumplen con todo el check list de expectativas monógamas.
Como cada emoción te brinda una información, al gestionarlas aprendes a leerlas y elegir por ti mismo si deseas alimentar las conductas inconscientes que las activan o si eliges hacerte más fuerte para trascenderlas.
La decisión que tomes será la clave para superar los celos y comenzar a amar a las personas por quienes son, libre de deseos de exclusividad.
Una vez que tomas consciencia de la razón de tus celos, automáticamente, vas agregando nuevas experiencias que amar a tu zona de confort, bajando la intensidad con la que los vives y atreviéndote a vivir nuevas sensaciones como la compersión. Un estado empático en el que disfrutas de lo que está disfrutando un vínculo con otra persona, para resumirlo en pocas palabras.
¿Cómo actuar cuando siento celos?
Uno de los temas que más preocupan a la hora de sentir celos son las reacciones impulsivas que provocan, generando daños en las relaciones.
Para salir del piloto automático y aprender a reaccionar de otra forma, puedes hacer un ejercicio muy sencillo que consta en preguntarte de cuántas formas posibles eres capaz de reaccionar al sentir celos, para empezar a instaurar un nuevo hábito.
De esta manera, podrás decidir si prefieres tomarte un tiempo a solas para pensar, si necesitas un abrazo, compartir lo que sientes o pedir ayuda.
Todo, menos controlarlos
Algunas personas eligen controlar sus celos reprimiendo sus sentimientos, pero esta actitud con el tiempo acaba haciéndolos estallar cuando menos lo esperas.
Resulta más tedioso indagar en el origen detrás de cada emoción, pero esta gestión es mucho más efectiva a largo plazo.
Los celos no se superan de la noche a la mañana. Sin embargo, si aplicas este método concreto lograrás manejarlos o establecer los límites que son necesarios para ti, pivotando tu modelo de relación si crees que es lo mejor.
Esto es muy personal y dependerá del momento que estés viviendo, el nivel de estrés de deconstrucción que seas capaz de sobrellevar y tu ritmo de vida.
Recuerda que el objetivo con todo esto es ser feliz.
La guinda del pastel
Por último, me gustaría aclarar que lo que consigues con este proceso no es solo dejar de sentir celos o superar el dramatismo con el que los vives.
Sino, también, y lo he visto en muchas personas, consigues liberarte de una mochila muy pesada de expectativas de posesión y dependencia emocional.
Te brillan cada día más los ojos de felicidad porque te vas apropiando de tu poder, soltando el legado cultural que limita nuestra capacidad de amar.
Todo tu cuerpo se relaja al dejar de luchar contra esos deseos ficticios, y en esa liberación, comienzas a expresar ese ser maravilloso que eres… Acaso, ¿no vale la pena todo el esfuerzo?
